Salta a todas luces que las distintas generaciones tienen costumbres y formas diferentes de relacionarse con el mundo. Un ejemplo típico es la tecnología ya que ha evolucionado tan rápido que hay gente que se ha dado maña, otros más o menos y otros nada de nada. ¿Pero un placer como el vino puede ser afectado de manera diferente por las distintas generaciones? La respuesta es si, pero con mayúsculas, tanto en tipos de vinos como en cantidad.
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Desde el punto del vista del marketing y los estudios sociológicos se consideran 3 generaciones o segmentos bien diferentes que conviven en la tierra en este momento: los baby boomers, la generación X y los Millenials.
Los primeros son los nacidos después de la segunda guerra mundial, es decir, personas que hoy tienen entre 55 y 75 años. En mi caso, la generación de los abuelos. Ellos nacieron sin celulares, vieron nacer el televisor a color, tienen gusto por la lectura y prácticamente vivieron la reconstrucción del mundo. Tomaron la vida con calma, en un mundo que no era frenético como el de hoy. Acostumbrados a descorchar su damajuana de la semana tomaban o toman su vasito de vino al almuerzo y a la cena, muchas veces sodeado. La etiqueta, la variedad, la marca, el terroir…conceptos que ni existían por esta parte del mundo. El vino era vino, y «pa qué más». En resumen: a esta generación no le importa tanto el glamour o el status, pero si que no nunca falte el vino y la familia en la mesa.
Los hijos de estos, que hoy tienen entre 35 y 50, son la generación llamada X. Una generación de transición con respecto a la tecnología. Vieron nacer la pc, el teléfono celular e internet cuando eran adultos. Nos acostumbramos y aprendimos, pero nuestra niñez fue con el yoyo, el trompo y la pelota en la plaza. ¿Como es esta generación en cuestiones de vino? Bueno, esta es una generación con mucho mayor acceso al estudio comparado a sus padres. La proporción de profesionales en esta generación es mucho más abundante que en los baby boomers. Es una generación que adopto al vino como símbolo de status, y comenzó a interiorizarse por cuestiones técnicas de vino a través de programas de televisión, degustaciones, etc. Así lógicamente cambió la damajuana por la botella. Ya no era para almuerzo y cena, sino más bien para cena y raleada. Se sumó al concepto de varietales, y si puedo viajar al extranjero no duda en tomar los vinos del lugar para tener una experiencia que contar. Apareció el boom del malbec y la apertura de vinerías.
¿Y que hay de los más jóvenes, los chicos del milenio, los llamados millenials? Esta es la generación donde el consejo «estudia para que te vaya bien en la vida» ya no aplica. Devotos de sus impulsos y sus ambiciones personales, amantes de los sentidos, sin tanto interés por los tecnicismos y el estatus. Por otro lado son los llamados nativos informáticos ya que nacieron más allá del año 85 del siglo pasado, es decir, que se están incorporando a la economía del mundo ya que hoy tienen entre 20 y 30 años. Otra característica de esta generación es que aplazan la formación de una familia en pos de viajar y disfrutar de la vida. Pero la pregunta importante: ¿Toman vino? Si, por suerte para la industria. Pero con varias diferencias con respecto a las generaciones anteriores. En principio su medio de comunicación con el mundo son los smartphone y las aplicaciones, por lo que son los que están haciendo de punta de lanza en la venta online de vinos. Otra característica es que suelen comprar vinos para días especiales, cumpleaños, o momentos particulares. Tal vez una sola caja de vino al mes, está bien, pero de gama media a alta. El marketing para este segmento también es distinto porque está apuntado a las sensaciones o ilusiones que genera una botella de vino, por ejemplo, diversión, onda, seguridad personal, erotismo, etc.
Las generaciones pasan, y nos vamos volviendo «antiguos». Dependiendo de su público objetivo las empresas del sector vitivinícola tienen que dirigir sus campañas porque no todos los consumidores de vino toman la decisión de compra basados en los mismos principios. Es por ello que aparte del marketing diferencial también hay muchísimos estilos de vinos y nuevas bebidas a base de vino que hay y que seguirán apareciendo para complacer a públicos tan diferentes.
Ya nació la generación Z pero todavía no toma vino. Así que quedará para alguna columna dentro de unos 10 años.
Solo un consejo: independientemente de la edad que tenga, apuestele al vino que no se va a equivocar.
Salud!
Fran
Estimado Fran, comparto plenamente, me encuentro dentro de la generación X y me he identificado con toda la nota ya que mi viejo era de la damajuana del CAVIC y TORO, hoy mis hijas nativas informáticas, de 25-20 bastante selectivas en sus gustos hacia este elíxir del dios Baco, me sorprenden gratamente, y al de generación Z (14), ya es partícipe de algunas degustaciones en casa, aunque todavía se resiste en ese tema
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Gracias Gerardo, ante todo, gracias por participar con tu tiempo y tu opinión! ¿Qué será de la generación Z? Yo todavía no lo puedo visualizar, pero lo que es seguro es que la industria tiene que empezar a apuntar a los millenials.
Un placer intercambiar ideas con vos Gerardo. Salud!!
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