Mitos alrededor del vino hay infinidad, pero sobre mitología se habla poco y hasta a veces se confunde. Esto es posible porque los romanos luego de invadir a Grecia tomaron parte de su cultura, la llevaron a Roma y la rebautizaron, incluidos sus seres mitológicos.
Pero lo interesante de esto es que habiendo tantas cuestiones para endiosar, los griegos dedicaron parte de sus mitología al vino, ya que obviamente lo consideraban importante. Para ellos el vino participaba de la vida social, ayudaba al pensamiento y retrasaba la vejez.
Dioses, semidioses (hijos de un dios y un mortal) y palabras derivadas han llegado a nuestro lenguaje y nuestros días cuando hablamos de vinos aunque a veces no sabemos muy bien su significado. Así que de esto se trata mi columna de la semana.
Los griegos tenían un Dios del vino llamado Dionisio, hijo directo de Zeus y Sémele. Cuenta la mitología que Dionisio tuvo un arranque complicado en el mundo, ya que nació dos veces. La madre, Sémele, le pidió al padre que se presentase mostrando todo el poder de su divinidad, a lo que Zeus en un principio se negó e intentó disuadir de la idea. Sin embargo, después de tanto insistir (como suelen hacer las mujeres), el gran dios se presentó ante ella haciendo alarde con fuertes vientos, truenos y rayos, hasta que uno la alcanzó y murió carbonizada. Zeus rescató al feto de Dionisio de la madre, faltando unos meses para el nacimiento, y lo insertó en su muslo, hasta que terminó de crecer y volvió a nacer.
Las actividades de Dionisio que tenia encomendadas no se limitaban al vino, sino que era el encargado de mantener el buen ánimo del pueblo y liberarlo de las preocupaciones a través de las danzas, el teatro, la música y el cuidado de las uvas para que haya vendimia abundante.
Obviamente los romanos adoptaron a Dionisio pero le cambiaron el nombre a Baco, y tal vez este sea su forma más conocida. En nombre de él se celebraban las bacanales que podían durar semanas e incluían música, comida, vino y sexo, pero solo podían acudir los nobles romanos. Luego estas fiestas fueron prohibidas por interferir con la vida de Roma. Cuestión lógica, ¿no?.
En esta historia existió un personaje poco conocido cercano a nuestro dios en tema. Su nombre era Sileno, el padre adoptivo y protector de Dionisio. Era un semidios, conocido como el de la embriaguez. Se lo describía como el seguidor más viejo, sabio y borracho de Dionisio. Dice la mitología que no era rara la ocasión que tengan que llevarlo a lomo de burro debido a su incapacidad de caminar por si mismo. Sin embargo, se decía que cuando estaba ebrio poseía una gran sabiduría y de el don profetizar el futuro. Como dice el dicho, los nichos y los ebrios no mienten.
Sileno ya en sus últimos días, viaja al extranjero a visitar al rey Midas que en su honor organiza una fiesta de 10 días y 10 noches, como para despedirse. Dionisio en agradecimiento de la hospitalidad a su padre adoptivo le concede a Midas el don de convertir en oro todo lo que tocase. Más que pagada la fiesta dirá alguno.
Este semidios pasó a la cultura romana como Silvano, que significa «de los bosques». Sin mucha trascendencia para el mundo del vino en Roma.
Otra ser mitológico que rodea al mundo del vino es Afrodita, ya que se sabe que el vino es uno de los más potentes afrodisíacos (aunque hay todo una corriente médica que afirma que no existen los afrodisíacos por si mismos). Ella es la diosa de la belleza, el amor y la reproducción. Se decía que afrodita podía enamorar a cualquier hombre que ella quisiese, y es por ello que en tiempos actuales se le da connotaciones sexuales a la palabra afrodisiaca/o.
Esta diosa tenía sus propios festivales en honor a ella por toda Grecia, las Afrodisias, en las cuales se mantenían relaciones sexuales en adoración a la diosa y donde abundaba el vino por supuesto.
La copia romana se dio a llamar Venus. Es muy simpático destacar que de venus deriva la palabra Viernes que es el día que en general en todo el mundo ocurren las celebraciones. Es el día dedicado al amor y los placeres, principalmente en la cultura occidental.
Cierre
Vas a ver infinidad de perfumes, restorant, vinos, comidas, que usan en sus marcas o nombres palabras como Diosio, Baco, Venus, Afrodita, y por lo menos hoy han tenido su por qué en esta columna. Lástima por Sileno que no figura mucho, tal vez no era tan buen ejemplo. ¿Quién sabe?
Sin más por hoy espero que te haya gustado estas breve columna entre etimología, mitología y vinos.
Feliz fin de semana y a disfrutar de los placeres de Dionisio. Salud!
Fran
Un comentario en “Mitología, los griegos, los romanos y los vinos”